Por Jess Lander
Oreo masa del pastel de helado: mi sabor favorito en mi tienda favorita de helado, siempre en ruinas porque yo lo presenté a mi ex y se convirtió en "nuestro sabor".
Yo quería seguir amando esta genial creación posterior a la ruptura, pero todo lo que alguna vez fue llevado a decenas de recuerdos de los días calurosos de verano a orillas del río Charles en Boston, en la época la idea de ruptura era inconcebible.
Pero con el tiempo, Oreo masa del pastel helado cayó en llamas con un puñado de bandas favoritas, canciones, películas, programas de televisión, restaurantes y por supuesto, nuestra relación.
Era el tipo de relación a largo plazo, significativos, pero también devastador que a día de hoy, oscila alrededor de todo el mundo me mira, el tipo que me habló de aquí para allá-yo, sólo porque era la alternativa totalmente opuesta y saludable "nuestra "postre. Yo también estaba con menos probabilidades de encontrarse con él de esa manera.
Supongo que la mayoría de todo el mundo tiene este tipo de ex - no importa cuánto tiempo ha pasado, no importa lo que usted está más o cuántos amantes han pasado por entonces, algo que siempre se las arregla para provocar una memoria de lo que era, pero nunca más.
Pero si su preferencia por ningún duelo con ingredientes de la mina para la carga en el fudge de chocolate, caramelo y los ositos de goma, no fue suficiente de un signo, su primer juego de la mentira, probablemente debería haber sido. Que vivir y aprender, y gracias a él, ahora tengo una larga lista de signos que desató llamas de color rojo campanas de alarma en mi cabeza, y me aparto de cualquier muchacho con un tatuaje tribal, una tarántula mascota o síntomas de ser patológico mentiroso - al igual que mi ex.
Los recuerdos daño. He deseado poder borrarlos, "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos" de estilo, pero son probablemente por mi propio bien.
Y luego está el peor tipo de ejemplo: el tipo que por suerte, que más de las veces no lo recuerdo.
El que fue un rebote, una aventura o un lapso menor de edad en el juicio, escondido detrás de su memoria hasta que tipo de sólo desaparece con las caras de todos los demás que no le gustaba demasiado en la universidad.
Después de evocar estos recuerdos no deseados, puedo recordar que la mina A) jugado Magic the Gathering (a los 20 años) y B) a propósito cambió la ortografía de su nombre a un conjunto de cartas que fueron más inusual de lo que en realidad el aterrizaje a una novia cuando se ' volver a reconocer que jugar Magic the Gathering a los 20 años.
Así que imaginen mi reacción cuando, como yo estaba en una fecha reciente, algo que pronto provocó su memoria - con palancas de cambio de forma, hechiceros y guerreros elfos por igual.
Estábamos en la cena y mi fecha pidió una hamburguesa. No pasó mucho tiempo antes de que me di cuenta de que, como resultado, que había llegado con un caso bastante letal de la respiración cebolla.
Mientras la noche avanzaba, me molestaba más y más, y cuando llegó el momento para darle un beso de buenas noches, que apenas podía dejar de asfixia.
Entonces me di cuenta. Esto no se trataba de cualquier aliento de cebolla. Este fue el mismo aliento con aroma de cebolla de mi mal escrito, el error de un olvidado ex-novio. Todo vino de golpe. Le encantaba la cebolla, pero llevó a su aliento como nunca había olido antes ya pesar de mi negativa a darle un beso después de que el comedor, que también se negó a dejar de comerlos.
Odiaba su aliento de cebolla más que su estúpido juego, tarjeta imaginaria. Había echado a perder cuatro meses preciosos de mi experiencia en la universidad, y ahora, cuatro años después, ahí estaba, indirectamente, echar a perder mi cita con alguien más.
Definitivamente no me parece justo que mi fecha tuvo que sufrir de las acciones de un ex, especialmente uno que no importaba realmente, y sobre todo por algo tan tonto como las cebollas. Pero yo no podía pasar de la respiración cebolla. Al igual que no estoy seguro de que jamás podría salir con otro chico que duerme al lado de una tarántula en vez de un oso de peluche.
Pero supongo que es el punto. Tal vez cada cicatriz dolorosa de todas las relaciones dolorosas sirve como una señal de advertencia, que nos protege de cometer el mismo error dos veces. "No entrar", el aliento de mi fecha de cebolla parecía decir. "Recuerda la última vez?"